Así es patones de arriba, uno de los pueblos con más encanto de madrid
Patones de Arriba, con el transcurso del tiempo, ha florecido como uno de los destinos más codiciados de la Comunidad de Madrid. Y es fácil entender por qué. Nos encontramos ante un lugar único que cautiva a todo aquel que se anima a descubrirlo. Es uno de los pueblos más visitados de Madrid, ya que, con apenas 20 habitantes, recibe cada fin de semana, una media de más de 200 visitantes. Sus casas, sus calles de pizarra y su entorno hacen de Patones un reclamo para aquellos que quieren desconectar del bullicio urbano o sacarse unas buenas instantáneas. De hecho, es uno de los lugares más fotografiados de la Comunidad de Madrid. ¿Te sumas a este recorrido por el pueblo?
Al pasear por sus calles, uno siente que el reloj se detiene por un instante. Su arquitectura negra, caracterizada por la prominente presencia de la pizarra, impresiona nada más verla. Sus calles se conservan perfectamente aunque muchos de sus habitantes optaron por trasladarse a Patones de Abajo, convirtiendo este antiguo enclave en un vibrante centro turístico donde talleres, tiendas de artesanía, restaurantes y casas rurales abundan. Y es que, este pueblo sabe adaptarse a todo. El pueblo, cuyo pasado se remite al Paleolítico, se amoldó al Al-Ándalus, a la Reconquista, a la invasión de Napoleón y ahora al boom del turismo.

El estacionamiento en el pueblo puede resultar complicado debido a lo angostas que son sus calles. Para evitar inconvenientes, recomendamos llegar a Patones de Arriba desde Patones de Abajo a través de la pintoresca senda ecológica conocida como «El Barranco». El trayecto, de aproximadamente 20 minutos, vale completamente la pena.
Arquitectura negra y mucha historia
Este pueblo de la Sierra Norte de Madrid fue durante mucho tiempo un lugar olvidado por el tiempo. Su transformación llegó con su declaración como Bien de Interés Cultural, revelando su belleza y consolidándose como el pueblo más hermoso de Madrid. Lo mejor para descubrirlo todo es acercarse a su Oficina de Turismo, establecida en la iglesia de San José, con la que te topas nada más llegar al pueblo.

En la Oficina de Turismo te ofrecerán dos posibles rutas. Por un lado las “Edades de la Arquitectura” donde te explican los orígenes así como la evolución de la arquitectura en Patones de Arriba. Por otro lado, la “Arquitectura de los Alimentos”, donde descubrirás en primera persona impresionantes hornos, eras, bodegas o, incluso, tinados. Eso sí, guarda siempre un rato para perderte libremente por sus empinadas y empedradas calles.
Patones de Arriba es más que un destino. Es testigo de siglos de historia. Por algo, se le dice la versión madrileña de Belchite. Se dice que durante la invasión napoleónica las tropas francesas no encontraron el pueblo de lo escondido que estaba. Aunque otros documentos señalan que el pueblo entregó una vaca y 50 libras de carne al ejército napoleónico y por eso se libró de la ocupación. En cualquier caso, el pueblo logró salvarse. Y si existe un de Arriba, es porque existe un de Abajo. De hecho, Patones de Abajo es el más poblado y donde establecieron su vivienda los vecinos de Arriba durante la Guerra Civil española por sentirse más a salvo de los bombardeos y la contienda.