El sol comienza a descender sobre Madrid, tiñendo de tonos dorados las fachadas y tejados que se extienden hasta donde alcanza la vista. Nos encontramos en la Azotea del Círculo de Bellas Artes, a 56 metros de altura, bajo la atenta mirada de la escultura de Minerva, símbolo de sabiduría y arte. Aquí, la Terraza Martini ha regresado tras una década, transformando este emblemático espacio en el epicentro del verano madrileño.
La inauguración, celebrada el 27 de mayo, fue un desfile de rostros conocidos: Paco León, anfitrión y director de esta edición, brindó con su creación exclusiva, el «Paco Preparado», una mezcla de Martini Rosso, limón y yuzu. Le acompañaron figuras como Najwa Nimri, Miren Ibarguren y Andrea Duro, entre otros. Esta fiesta de apertura fue toda una declaración de intenciones del buen ambiente y los espectaculares combinados que la terraza piensa ofrecer cada sábado por la tarde hasta el próximo 19 de julio.
El Martini Bianco Spritz es la bebida estrella del verano
La experiencia combina música en directo, gastronomía ligera de inspiración italiana y una selección de cócteles que rinden homenaje al aperitivo clásico. El Martini Bianco Spritz se presenta como la bebida estrella del verano, acompañado de opciones como el Fiero Spritz y versiones sin alcohol como el Vibrante y el Floreale.
Madrid, epicentro del tour europeo
La atmósfera es vibrante y sofisticada. El DJ Marco Llorente se encarga de la banda sonora, mientras los asistentes disfrutan de tapas como prosciutto, parmigiano, gildas y risottos. La decoración, cuidada al detalle, evoca la elegancia de la mítica Terraza Martini de los años 50, escenario de eventos como el estreno de ‘La Dolce Vita’.
También hay programadas actividades en Bilbao, Oviedo y Barcelona
Esta edición madrileña es la flagship de un tour europeo que recorrerá más de 30 ciudades, incluyendo Milán, Berlín y Amberes. En España, además de Madrid, se han programado activaciones en Bilbao, Oviedo y Barcelona, llevando la esencia distendida y festiva de Martini a diferentes rincones del país.
Y mientras brindamos con un Bianco Spritz en mano y los tejados de Madrid se tiñen de cobre con la llegada de la noche, entendemos que esto no es solo una terraza, es una celebración del arte de vivir, una invitación a saborear cada instante mientras el sol se despide sobre el horizonte madrileño. Aquí, cada sorbo es una escena, cada atardecer un homenaje a la alegría de vivir y el dolce far niente, y cada sábado una declaración de intenciones: vivir con estilo, sin prisa y con la elegancia efervescente de un buen aperitivo.