Hay un rincón en el centro de Madrid que se ha propuesto demostrar que la gastronomía vegana, sin gluten y libre de lactosa no solo es posible, sino que puede ser deliciosa. Y si te aventuras a decir que es Saníssimo, casi, ahora se ha renovado con un nuevo nombre. Y es que Cantina 33 es un soplo de aire fresco que nos trae opciones de distintas cocinas para poder disfrutarlas en un mismo lugar.
Madrugar en Madrid puede que no sea lo tuyo, pero si algún día te cuelas en el primer metro de la mañana y bajas en Ópera, te darás cuenta enseguida de que respiras arte y cultura. Lo interesante de Cantina 33 es cómo han sabido aprovechar su ubicación estratégica, cerca de Ópera, para inspirarse en ese cruce multicultural tan propio del corazón de Madrid. En sus fogones conviven la tradición madrileña y la pasión por lo exótico, consiguiendo que cualquiera que pase por allí, local o turista, se sienta en casa.
Acaban de renovar la carta para integrar en ella cuatro tipos de cocina
Recientemente han renovado la carta y una cosa queda clara, su reciente cambio no es un mero capricho, sino el fruto de un anhelo por integrar distintos tipos de cocina y seducir a ese público entusiasta que cada día se deja caer por Madrid en busca de lo mejor de la gastronomía. «Queremos experimentar con diferentes sabores y técnicas culinarias, para así ofrecer una experiencia gastronómica única», comentan desde el restaurante. ¿El resultado? Un menú tan variado como cosmopolita, donde conviven influencias mediterráneas, venezolanas y hasta guiños al Medio Oriente.
Claro que apostar por estos formatos más inclusivos no ha sido un camino de rosas. No es ningún secreto que la cocina veggie exige cuidado y, sobre todo, ingenio. Por ello, han tenido que lidiar con ingredientes novedosos y técnicas culinarias para reinventar sus recetas clásicas. «Uno de los principales desafíos ha sido encontrar ingredientes que no solo sean aptos para estas dietas, sino que también mantengan un alto estándar de sabor y textura», añaden. Desde explorar diferentes harinas aptas para celiacos hasta jugar con proteínas vegetales alternativas. En Cantina 33 han afinado el paladar y la técnica para que cada bocado sea un derroche de sabor.
En Cantina 33 tienen platos sin gluten, sin lactosa y veggies
Pero más allá de lo técnico, lo que ellos transmiten es puro amor por la gastronomía: preparan cada plato con mimo, evitan la contaminación cruzada y se toman el tiempo necesario para que cualquiera, sin importar sus restricciones, pueda zambullirse en una carta tan vibrante como segura.
Bocados del mundo
Cuando te cuentan que han introducido cuatro estilos diferentes de cocina, no buscan confundir, sino todo lo contrario. «Al combinar diferentes estilos culinarios, buscamos despertar la curiosidad y abrir la mente de nuestros comensales a nuevas combinaciones y sabores», indican. La idea es que cada plato sea un mini viaje culinario, un trocito de mundo que te transporte a escenarios diferentes y te deje con ganas de probarlo todo.
Si preguntas en Cantina 33 por su plato estrella, rápidamente te hablarán de su focaccia vegana, sus burgers veganas y de su paella vegetal. «Cada bocado está lleno de sabor, con una mezcla de verduras coloridas, especias aromáticas y un toque de amor, que es lo que realmente nos define», aseguran.

Dentro de su propuesta gastrónomica, uno de los mayores retos ha sido recrear el sabor de la carne. «Usamos proteínas vegetales como el jackfruit, el tempeh y productos a base de legumbres que, al ser preparados correctamente, pueden absorber los sabores de las especias y marinados que empleamos», explican.
Madrid es una ciudad frenética y ecléctica y Cantina 33 ha sabido capturar esa esencia, convirtiéndose en un lugar donde vegetarianos, veganos, celiacos, intolerantes a la lactosa —y todo lo que se te ocurra— pueden coincidir. Aquí, la cocina es una conversación abierta a todas las culturas y tipos de dietas, porque en su universo no hay barreras, solo una insaciable curiosidad y amor por comer.