Como si se tratara de una ciudad portuaria, Madrid acoge con entusiasmo platos de los rincones más diversos del mundo. Cada día son más quienes se suman a descubrir una cultura a través del paladar y, ahora, están de enhorabuena. La capital estrena su propia versión de la alta cocina de una de las gastronomías más antiguas y ricas en mezclas culturales del mundo: la libanesa. Y es que en Chez Michel, quieren elevar esta cocina a la máxima potencia. Obviamente, teníamos que venir a conocerlo.
Este cocinero aterriza en Tetúan, después de arrasar con su local de Alcorcón, con una propuesta clara: reinventar y fusionar la cocina libanesa. «Es una cocina muy rica, con productos frescos y sabrosos, pero sencilla. Queremos impulsarla y hacer alta cocina con ella», comenta el cocinero. Y lo consigue con una carta donde destacan platos tan sorprendentes como el hummus con salmón flambeado —uno de nuestros favoritos— o el bocado de boletus, que une la gastronomía española con la libanesa de una forma única.

La propuesta de Michel es un reflejo de su propia historia. Empezó cocinando en un restaurante italiano en el Líbano y ha pasado por fogones de todo el mundo: Italia, España, India…), creando recetas que sorprenden, como su ceviche libanés, plato imposible de encontrar en otro lugar. «Tomo la base del ceviche peruano, pero con un sabor mediterráneo», revela el chef, quien se declara fan incondicional de la gastronomía peruana.
Otra de las fusiones que más nos cautivó fue el bocado tres orígenes, que integra la cocina japonesa, la peruana y la libanesa en una elaboración que se cocina durante tres días y que demuestra el dominio del chef en cuanto a técnica y ensamblaje de sabores. «En la mezcla está el gusto. Me gusta jugar con los sabores, con los aromas y las texturas, inspirándome en distintas cocinas para conseguir que cada plato sea un viaje sensorial en sí mismo», explica el chef.

A pesar de tratarse de cocina de autor con vocación innovadora, la esencia tradicional libanesa está muy presente, sobre todo en las técnicas de cocinado. Todo se prepara al horno y a fuego lento, lo que realza el sabor de cada ingrediente y garantiza que las fusiones resulten más intensas. «Busco lograr unos platos que cautiven pero también muestren la esencia de Líbano. La cocina al horno es clave para sentir ese sabor de hogar y sentirte como en casa», apunta.
Pero hay más. Esta propuesta no solo logra fusiones asombrosas respetando la tradición del Líbano, sino que además el 90% de la carta es sin gluten. Era una de las mayores preocupaciones de Michel y por eso cuida escrupulosamente la contaminación cruzada, preparando los pocos platos con gluten en un área separada de la cocina principal. «Quiero que mi restaurante sea para todo el mundo. Me gusta probar y lograr platos sin gluten pero que no se note la diferencia respecto a otro que tenga», asegura el profesional.

Y si la calidad de la cocina y la creatividad en los platos no fueran suficientes, Chez Michel irrumpe con precios muy competitivos para el segmento de la alta cocina fusión, algo que sin duda eleva aún más a este local. «Estamos en una zona con muy buenos restaurantes y queremos hacernos un hueco para que todos los vecinos puedan conocernos», explica el cocinero.
Sin duda, es uno de los restaurantes que más nos ha sorprendido y se postula como visita obligada para este 2025. Con una cuidada decoración y un ambiente familiar, cumple la meta principal de su chef: que el cliente no se limite a venir una sola vez, sino que repita. A nosotros, desde luego, ya nos ha conquistado.