La estación madrileña que un día se disfrazó de Moscú para grabar ‘Doctor Zhivago’ enciende el proyector para conmemorar el 60 aniversario de este clásico hollywoodiense. Una sesión única que mezcla patrimonio industrial, memoria de rodaje y verano madrileño de los que no se olvidan. Así, la cinta de David Lean regresa al lugar donde Madrid jugó a ser nieve y estepa para recordarnos que hay películas que no se ven: se habitan.
La cita es el jueves 11 de septiembre a las 20:00 horas en el exterior del museo (antigua estación de Delicias). La entrada es gratuita con inscripción previa, el acceso es hasta completar aforo, la versión es original subtitulada (VOSE) y no hay asientos numerados, así que conviene llegar con tiempo. Habrá foodtrucks abiertos antes y durante la proyección para rematar el plan. Máximo dos invitaciones por registro.
Desde las 18:00 se podrá visitar gratis la exposición ‘Estación Zhivago. 60 años de un rodaje épico’
El calentamiento es puro fan service: desde las 18:00 se podrá visitar gratis (con el mismo registro) la exposición ‘Estación Zhivago. 60 años de un rodaje épico’, con fotografías —muchas inéditas—, documentos de producción, recortes de prensa y piezas que reconstruyen cómo Delicias se transformó en una estación rusa en 1965. Entre los materiales destaca la correspondencia de Miguel Delibes con la Metro-Goldwyn-Mayer, responsable de la adaptación de los diálogos al castellano, y un vídeo documental con testimonios de expertos.
El escenario no es casualidad: varias escenas de la película se rodaron en la propia estación de Delicias, hoy Museo del Ferrocarril. La nave de hierro y vidrio, emblema de la arquitectura industrial madrileña, vuelve a ser plató por una noche para celebrar un 60º aniversario que ha puesto al museo en el mapa cinéfilo del verano.
Varias escenas de la película se rodaron en la propia estación de Delicias
Verla en Delicias no es un capricho cinéfilo, sino un recordatorio de que Madrid también se ha reinventado mil veces sin perder memoria: ciudad de estaciones, de despedidas y regresos, de oficios y andenes donde siempre hay alguien esperando. Y el mensaje de la cinta mensaje, aunque sencillo, sigue siendo muy vigente: incluso cuando todo cambia, la compasión y la palabra siguen siendo un refugio.
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