Al cruzar el umbral del Teatro Fernán Gómez, el espectador se encuentra con un espacio transformado: un vestíbulo que ha dejado atrás su función habitual para convertirse en el escenario inicial de ‘Los gigantes de la montaña‘. Las sillas dispuestas en círculo rodean una columna central revestida de espejos, creando un ambiente íntimo y reflexivo. Esta disposición no solo rompe con la tradicional separación entre actor y público, sino que sumerge a los asistentes en el corazón mismo de la narrativa, anticipando la fusión entre fábula y realidad que caracteriza a este transgresor texto.
‘Los gigantes de la montaña’, la última y inacabada obra del Premio Nobel de Literatura Luigi Pirandello, se presenta en el Teatro Fernán Gómez bajo la dirección de César Barló y la compañía AlmaViva Teatro. Esta pieza, escrita en 1937, explora la tensión entre el arte y una sociedad que, absorbida por lo material, a menudo desdeña la poesía y la creatividad.
La trama sigue a una compañía de cómicos liderada por la Condesa Ilse, que llega a la misteriosa villa de la Scalogna, habitada por el enigmático mago Cotrone. Allí, se enfrentan al dilema de representar su arte ante una sociedad indiferente o refugiarse en un mundo de sueños y fantasía. «Es un montaje muy dinámico con una puesta en escena muy diferente a lo que normalmente se ve en los teatros convencionales. Los dos primeros actos se hacen en 360 grados, es una propuesta circular, llena de dinamismo y acción teatral», apunta la actriz Teresa Alonso.
La puesta en escena destaca por su audacia y originalidad, algo que ya caracteriza a la compañía AlmaViva Teatro y que han mostrado en otros montajes como ‘La Tempestad’ o ‘Muelle oeste’. «Nuestra propuesta es atrevida y sugerente porque el espectador viaja con la historia físicamente. No se acomoda en su asiento, le invitamos a ser un público activo, tienen que poner en marcha todos los sentidos para disfrutar de la propuesta», indica la actriz Paula Susavila.
Esta itinerancia refuerza la sensación de viaje entre diferentes planos de realidad, sumergiendo al espectador en la dualidad entre lo tangible y lo onírico. «Las sinergias que se generan con el público durante la función me llevan a pensar que, acostumbradas o no, la experiencia que ofrecemos es lo que llega a romper, mejor o peor, las expectativas, la curiosidad y la inquietud que habrá llevado cada una a acudir al teatro», propone el actor José Gonçalo Pais.

Desde el vestíbulo del teatro, donde se desarrolla el primer acto, hasta la Sala Jardiel Poncela, el público es invitado a desplazarse junto a los actores, rompiendo las barreras tradicionales del espacio escénico. «La exploración de espacios no convencionales son una motivación habitual en AlmaViva Teatro. En esta ocasión, la idea venía como un guante: la compañía de la Condesa llega de noche a un (no) lugar “en el límite entre la fábula y la realidad”. Después, no les queda más remedio que entrar en la casa y pasar allí la noche. La mañana siguiente saldrán a representarla ante los Gigantes», comenta José Gonçalo Pais.
Arte en el mundo del mainstream
El elenco, compuesto por nueve actores que interpretan a catorce personajes, demuestra una versatilidad encomiable. José Gonçalo Pais, en el papel del mago Cotrone, destaca por su capacidad para transmitir la complejidad de un personaje que oscila entre la realidad y la fantasía. «No entiendo el teatro como un refugio del mundo sino como un trabajo en el mundo, una postura ante el mundo, una motivación hacia el mundo. El teatro es sin duda un lugar donde podemos soñar y entonces, en ese sentido sí, puede llegar a ser un refugio. Lo triste es que sea necesario refugiarnos», lamenta el intérprete.

Los planteamientos del propio texto subrayan la relevancia contemporánea de la obra, que invita a cuestionar nuestra conexión con el arte en un mundo dominado por la inmediatez. «Nunca se produjo tanto como actualmente y la calidad indiscutible de tantísimas creaciones muestra el valor que tienen. Otra cosa es el tiempo que duran, el tiempo que tienes (o que se les da) para poder disfrutarla y atribuirle un valor. El descarte es consecuencia de la inmediatez. El problema no es si se valora el arte o si se pierde su valor; el problema está en cómo te relacionas con la vorágine. Es decir, qué tiempos puedes llegar a manejar», señala el intérprete.
Asimismo, ¿en el arte debe primar la producción masiva y que lo consuma el mayor número de personas o ese carácter íntimo y artesano? La obra también te anima a pensar sobre ello. «Reflexionar sobre lo artesano y el consumismo incoherente es lo más sano que nos puede pasar como sociedad. Vernos reflejados en las palabras del autor, ajeno a nuestro tiempo y realidad, es la utilidad y beneficio del arte», comenta Paula Susavila. En una sociedad cada vez más enfocada a la inmediatez, la prisa y el trabajo, creer en los sueños, la magia y ser capaces de jugar como los niños, disponer de tiempo y no que el tiempo nos disponga es una verdadera revolución», añade Teresa Alonso.

La obra, al quedar inacabada, ofrece múltiples interpretaciones y desafíos para cualquier compañía que se aventure a montarla. En esta versión, se ha optado por incorporar las notas que el hijo de Pirandello, Stefano, tomó de su progenitor en su lecho de muerte sobre el posible desenlace. «Los textos de grandes autores inconclusos dan miedo. Al fin y al cabo, hay que buscar una propuesta final o como resolverlo y eso te coloca en un precipicio, en la incomodidad. Quizá sea esta la razón por la cual no se ha puesto en pie en 50 años. En nuestro caso lo vivimos con naturalidad y finalmente surgió la magia en los ensayos», asegura Paula Susavila.
‘Los gigantes de la montaña’ no solo es una reflexión sobre la relación entre el arte y la sociedad, sino también una invitación a reconectar con nuestra capacidad de soñar y a cuestionar los roles que se nos imponen. En definitiva, volviendo a ver el mundo con la libertad de los niños. «Dándose un poco menos importancia a sí mismos, cultivando la empatía y manteniendo el sentido del humor. Dedicándose tiempo», recomienda el actor. Así que, ahora, solo te queda aceptar el reto y embarcarte en esta fábula.