Está muy de moda y, seguramente, ya lo habrás oído en más de una ocasión. El eneagrama es un sistema de clasificación de la personalidad basado en nueve arquetipos, cada uno de los cuales representa un mapa de características y patrones. Pero hay mucho embrollo entorno a qué es realmente y, sobre todo, para qué es útil y si funciona o es algo sumamente reduccionista y que tiende al efecto Forer y la generalidad. Por ello, hablamos con Daniel Ramos, autor de ‘Conecta con tu esencia a través del eneagrama‘, para salir de toda duda.
El eneagrama es una herramienta de autoconocimiento que identifica nueve tipos de personalidad, llamados eneatipos. Cada uno de estos eneatipos describe una manera particular de ver el mundo, relacionarse con los demás y enfrentar la vida. «Pero más que simplemente etiquetar comportamientos, el eneagrama profundiza en las motivaciones y miedos internos que impulsan nuestras acciones, ayudándonos a entender por qué reaccionamos de determinadas maneras. Es como un mapa que nos guía hacia una mejor comprensión de nosotros mismos», aclara Daniel Ramós.
Se cree que el diagrama del eneagrama y su enfoque en las motivaciones humanas pueden haberse inspirado en enseñanzas sufíes que exploraban los estados del alma y los caminos hacia la perfección espiritual. Aunque lo que conocemos como psicología de los eneatipos es mucho más reciente y figuras como Óscar Ichazo y Claudio Naranjo.
Autoconocimiento y menos ansiedad
La principal finalidad del Eneagrama es profundizar en nuestra personalidad y descubrir nuestras fortalezas y debilidades. Y eso, requiere tiempo y escucha interna. En internet hay muchos test que prometen decirte cuál enatipo eres, pero la vía rápida no es la mejor opción. «Los test en línea pueden ser útiles como punto de partida, pero no debemos depender únicamente de ellos para determinar nuestro eneatipo. Algunas pruebas serias, como las del Enneagram Institute, pueden ser orientativos», explica Ramos. «Cualquier proceso de autoconocimiento necesita un tiempo de maduración. Hay que estar dispuesto a entrar en las profundidades de uno mismo, y eso requiere valentía, compromiso, y por supuesto tiempo y energía», añade.
Y este autoconocimiento nos puede llevar a una mayor serenidad y vivir una vida mucho más plena. «Cuando tomamos conciencia de nuestros patrones automáticos —esas respuestas casi inconscientes que surgen de nuestro ego—, podemos empezar a desactivarlos. Este proceso de autoaceptación y desapego de las máscaras que usamos nos conduce a una mayor autenticidad, a vivir de manera más alineada con nuestra esencia. La serenidad surge cuando dejamos de luchar con esas dinámicas internas y aprendemos a fluir con lo que somos», asegura el experto. «En cuanto al estrés y la ansiedad, podemos ver qué situaciones nos generan más tensión según nuestro eneatipo y cómo podemos afrontarlas. Por ejemplo, un Eneatipo 6, que tiende a la preocupación y la duda, puede encontrar calma al aprender a confiar en sí mismo», agrega.
El eneagrama, también, es una herramienta muy valiosa para mejorar la autoestima porque nos invita a aceptarnos tal como somos, incluyendo nuestras luces y sombras. «Podemos empezar a vernos con una mirada más compasiva, lo que reduce la autocrítica y aumenta la autoaceptación. Al tomar conciencia de nuestros patrones automáticos, podemos desmantelarlos y actuar desde una versión menos reactiva y más auténtica de nosotros», matiza el autor. «En este sentido, también nos permite reconocer nuestras fortalezas al observar lo que hacemos bien y cuándo nos sentimos en paz. A partir de ahí, podemos cultivar esas cualidades y potenciarlas en nuestra vida diaria», añade.
Relaciones mucho más sanas
Hay que tener claro que el eneagrama no cambia a lo largo de la vida y siempre tendremos el mismo eneatipo predominante, pero eso no significa estar estancados. Al contrario, el eneagrama busca transformar al individuo y ayudarle a evolucionar hacia una vida más serena, auténtica y en la que se sienta más aceptado y realizado. «Nuestro eneatipo nos da información sobre nuestras tendencias, pero no puede definir la magnitud de lo que somos. El eneagrama nos muestra un camino de transformación personal», defiende Ramos.
Comprender nuestro eneatipo y el de los demás nos permite desarrollar una mayor empatía y comprensión en nuestras relaciones y, también, a nivel profesional. «Al conocer nuestras motivaciones y miedos fundamentales, así como los de quienes nos rodean, podemos anticipar reacciones, evitar conflictos innecesarios y mejorar la comunicación. Nos permite ser menos críticos y más compasivos«, afirma el escritor. «En el ámbito profesional, el eneagrama nos ayuda a reconocer las fortalezas y áreas de dificultad de cada miembro del equipo, facilitando una mejor colaboración y trabajo en equipo», añade.
El riesgo de las actitudes tóxicas
Como todo, el eneagrama también tiene una cara B que hay que tener en cuenta. «Uno de los mayores errores es usar el eneagrama como una etiqueta fija para justificar ciertos comportamientos o para encasillar a las personas. El eneagrama no es un sistema para clasificar a la gente, sino una herramienta dinámica de transformación. Otro error es quedarse en la descripción superficial del eneatipo sin profundizar en el trabajo personal que implica», comenta Ramos.
Aquí entra el llamado efecto Forer, ese tan habitual en el horóscopo, que hace tender a las personas a aceptar descripciones generales como si fueran altamente específicas y personalizadas. «Para evitar caer en la trampa del efecto Forer, es fundamental profundizar en el eneagrama más allá de los rasgos superficiales. Un verdadero trabajo con el eneagrama implica mirar no solo las descripciones generales de los tipos, sino explorar nuestras motivaciones más profundas. Ser autocríticos y honestos», apunta el autor.
No aceptar los actos propios y usar el eneagrama como una justificación de cualquier actuación es otro de los grandes riesgos. «El eneagrama no debería ser usado como una excusa para justificar comportamientos negativos o tóxicos. Al contrario, nos invita a ser responsables de nuestros actos y a tomar conciencia de cómo nuestros patrones automáticos afectan a los demás y a nosotros mismos», recalca Ramos. También es fundamental no caer en la autocompansión ni victimismo para lo que es esencial recordar que el eneagrama no está diseñado para mantenernos atrapados en nuestros hábitos, sino para ayudarnos a trascender esas limitaciones y crecer como personas.
5 claves para trabajar el eneagrama
Autoobservación continua
Observa tus reacciones automáticas y patrones repetitivos en tu vida diaria. La clave es detectar cómo responde al estrés o los conflictos y qué emociones subyacen.
Profundiza en tu eneatipo
No te quedes solo con la descripción básica. Lee sobre las motivaciones internas y las estrategias de defensa de tu eneatipo para comprender mejor tus comportamientos.
Acepta tus sombras
Reconocer las partes de ti mismo que preferirías ignorar es esencial para crecer. El eneagrama te invita a trabajar con ellas, no a rechazarlas.
Desarrolla tus virtudes
Cada eneatipo tiene un potencial positivo. Identifica qué virtud puede ayudarte a salir de tus patrones limitantes y cultívala en tu vida diaria.
Usa el eneagrama en tus relaciones
Comprender a los demás a través del eneagrama puede mejorar tus relaciones, ya que te ayuda a desarrollar empatía y a comunicarte mejor.