El envejecimiento es un proceso natural que todos enfrentamos, pero la forma en que lo vivimos puede variar drásticamente. Y no, no basta con salir a caminar o unos largos en la piscina. La ciencia ya evidencia que las actividades de cardio son muy recomendables, pero lo mejor para combatir el deterioro físico y cognitivo es el ejercicio de fuerza.
A medida que envejecemos, nuestra masa muscular tiende a disminuir, un fenómeno conocido como sarcopenia, que puede afectar nuestra movilidad, equilibrio y calidad de vida. Sin embargo, incorporar entrenamiento de fuerza en nuestra rutina puede revertir este proceso, proporcionando una base sólida para un envejecimiento activo y saludable.
El ejercicio de fuerza, que incluye levantamiento de pesas, ejercicios de resistencia y entrenamiento funcional, no solo ayuda a aumentar la masa muscular, sino que también mejora la salud ósea, aumenta el metabolismo y reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades cardíacas. A medida que construimos músculo, nuestro cuerpo se vuelve más eficiente en el uso de energía, lo que puede facilitar el control del peso y mejorar la composición corporal. Todo esto se traduce en una mejor calidad de vida a medida que los años avanzan.
¿Cómo ganar músculo con el entrenamiento de fuerza?
La recomendación general es realizar al menos dos sesiones de entrenamiento de fuerza por semana. Esto permite trabajar todos los grupos musculares principales y proporciona el tiempo necesario para la recuperación. Sin embargo, muchas personas se benefician de entrenar entre tres y cuatro veces a la semana, especialmente si buscan un desarrollo muscular más significativo. La clave es asegurarse de que cada grupo muscular sea entrenado al menos dos veces a la semana.
En cuanto a la intensidad, si el objetivo del entrenamiento es ganar masa muscular, el peso ideal es aquel que te permita entrenar en un rango de repeticiones de 8 a 12. Y cuando sientas que puedes añadir más carga sin comprometer la forma, es un buen momento para progresar.
Es vital permitir suficiente tiempo para la recuperación entre sesiones. Los músculos necesitan tiempo para repararse y crecer después del entrenamiento. Esto implica no solo descansar adecuadamente entre sesiones, sino también asegurarse de dormir lo suficiente y mantener una alimentación rica en nutrientes, especialmente en proteínas. La hidratación también es crucial, ya que un cuerpo bien hidratado rinde mejor y se recupera más rápidamente.
Aunque lo primordial es empezar y no rendirse. Seguir y mantener una constancia. Porque recuerda que ganar masa muscular es el mejor seguro de vida que podemos ofrecerle a nuestro cuerpo mientras navegamos por las diferentes etapas del envejecimiento.