Con la llegada del otoño, los días se acortan, las temperaturas bajan, y nuestras necesidades cambian. Es el momento perfecto para incorporar infusiones en tu rutina diaria, no solo para disfrutar de una bebida reconfortante, sino también para aprovechar sus múltiples beneficios. Desde mejorar el sistema inmunológico hasta aportarte un momento de relajación, aquí te presentamos algunas de las mejores infusiones para acompañarte estos meses.
Pasiflora
Originaria de México, los aztecas la empleaban frecuentemente por sus propiedades sedantes. Los jesuitas españoles la trajeron a Europa, donde la bautizaron con el nombre de flor de la pasión. Contiene flavonoides y alcaloides que actúan de manera reparadora en los trastornos del sueño. Es ideal para reducir el estrés mental moderado y favorecer un descanso más profundo, ayudando a evitar los despertares durante la noche.
Lavanda
Conocida por su característico olor y belleza, esta flor es ideal para la ansiedad y el insomnio. Su fragancia tiene un efecto calmante que ayuda a relajar la mente y el cuerpo, lo que facilita el descanso y mejora la calidad del sueño. Además, la lavanda posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, lo que la convierte en un aliado en el cuidado de la piel. Puede aliviar irritaciones, quemaduras y picaduras de insectos al aplicarse tópicamente.
Jengibre
Una opción revitalizante y refrescante. El jengibre estimula la circulación y combate la fatiga. Si le añades un chorrito de limón proporciona un aporte extra de vitamina C que mejorará tus defensas y te ayudará contra esos refriados tan otoñales. Contiene gingeroles y shogaoles, que ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede ser beneficioso para quienes sufren de condiciones inflamatorias crónicas, como la artritis. Además, su capacidad antioxidante ayuda a combatir el daño causado por los radicales libres.
Canela y clavo
La canela y el clavo son especias que, naturalmente, aumentan la temperatura corporal. Esta infusión, además de deliciosa, ayuda a mantener el cuerpo cálido durante los días fríos. También se dice que tiene propiedades antiinflamatorias, ayudando a aliviar dolores menores o molestias típicas del cambio de estación.
Ashwagandha
Su nombre en sánscrito se traduce como «olor a caballo», lo que hace referencia tanto a su fragancia como a su capacidad para conferir la fuerza y vitalidad asociadas con un caballo, ya que posee propiedades energizantes y estimulantes. Por ello, es una opción ideal durante momentos de fatiga y decaimiento. Además, refuerza el sistema inmunológico, tiene efectos antiinflamatorios y ayuda a regular las hormonas. . Asimismo, cctúa sobre el sistema endocrino, ayudando a regular los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Al equilibrar estos niveles, la ashwagandha puede contribuir a una sensación de calma y bienestar, mitigando la ansiedad de la vuelta al trabajo.
Anís Estrellado
Esta aromática infusión tiene propiedades digestivas y carminativas que ayudan a reducir los gases y las molestias intestinales. Facilita las digestiones ahora que con tanto trajín no puedes comer siempre de la mejor de las maneras. Además, su sabor dulce lo convierte en una excelente elección para no picar entre horas y matar ese antojito goloso.
Equinácea
La equinácea es una hierba conocida por fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a prevenir resfriados y gripes. Se recomienda comenzar a tomarla antes de la llegada del frío para preparar al cuerpo. La equinácea también se ha utilizado para promover la salud respiratoria. Puede ayudar a aliviar la tos y la irritación en las vías respiratorias, facilitando una mejor respiración.
Cúrcuma
La cúrcuma es una especia con grandes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Combinada con un toque de pimienta negra (para aumentar su absorción) y miel, esta infusión es una excelente opción para calentarte y mejorar tu bienestar general. Asimismo, La curcumina puede contribuir a mejorar la función cognitiva y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. Se cree que promueve la producción de una proteína llamada BDNF, implicada en la plasticidad cerebral.