‘Avatar: Fuego y Cenizas’, la nueva película de la franquicia, se estrenará el próximo 19 de diciembre, y los fans y curiosos ya no pueden esperar más. Para abrir boca, Madrid se convierte en puerta de entrada a Pandora gracias a Avatar: The Experience, la exposición inmersiva que desde finales de noviembre de 2025 aterriza en el Espacio Ibercaja Delicias, abriendo por primera vez en Europa los paisajes, criaturas y atmósferas del universo creado por James Cameron. Hemos recorrido todo el espacio y nos hemos quedado sin palabras.
El recorrido transforma 1.400 m² en 9 zonas temáticas que invitan a sumergirse en una suerte de expedición entre selvas bioluminiscentes, bosques alienígenas, fauna fantástica y rituales de los Na’vi. Desde el primer paso, la escenografía, los efectos de luz y sonido, y los animatrónicos desenfundan todo su poder: la experiencia no es solo visual, sino sensorial. Hay criaturas a tamaño real, simuladores de vuelo sobre montañas flotantes, flora fosforescente, un pabellón biotecnológico de ciencia ficcional —todo para que quien entre casi pueda olvidar que está en Madrid.

La exposición es para todo tipo de público
El precio, absolutamente competitivo para lo que ofrece, arranca en 18 euros la entrada general en Fever —con descuentos en pack familiar o entrada reducida—. Es una invitación clara a todo tipo de públicos: familias, parejas, fans de la saga, curiosos del arte inmersivo, y en general, cualquiera con un poco de ganas de asombro. Muy pocos planes en Madrid combinan fantasía, diseño y despegue emocional por ese precio.
Escapar y reconectar
Más allá del viaje espectacular, Avatar: The Experience se lee como una versión contemporánea de lo que significa “escapar” y “reconectar” —no con la naturaleza exterior, sino con un imaginario colectivo de asombro, esperanza y contacto. En tiempos en que la cultura se consume en pantallas pequeñas, en horas contadas, esta propuesta devuelve el valor del cuerpo presente, de la mirada compartida, del asombro comunitario. Es un recordatorio de que el cine no siempre tiene que verse sentado en un sofá: puede sentirse a pulso, en movimiento, a la intemperie de la imaginación.

La muestra no pide que conozcas la película
Quizás eso sea lo más potente: la exposición no pide que conozcas la película —aunque ayuda—; pide que abras los sentidos. Y lo demuestra: los más pequeños reaccionan con sorpresa genuina ante una banshee enorme, quienes crecieron con la saga reviven la melancolía del primer viaje a Pandora, y quienes llegan sin expectativas se encuentran con un espectáculo que no se ve cada día en Madrid.
Avatar: The Experience no es solo un plan de ocio. Es una apuesta por la imaginación colectiva, una válvula de escape ante el ruido urbano, un recordatorio de que hay mundos que aún merecen visitarse… aunque lo hagamos de forma exprés.