Viajar sin hacer la maleta, recorrer el mundo sin pisar un aeropuerto, despegar en Italia y aterrizar en México, Japón o Grecia. Y todo de un bocado. Es lo que ofrece Osteria Bravissimo, un restaurante que se convierte en una puerta abierta a un mundo de experiencias culinarias que, sin necesidad de maletas ni billetes, transporta a los comensales a través de una fusión magistral de la gastronomía italiana con influencias de todo el globo.
Ideado por los socios Luis de la Peña, Enrique Ugarte y Lapo Canale, Osteria Bravissimo rinde homenaje a las mujeres que marcaron la vida de Lapo: su tía Pinuccia y su abuela. Estas mujeres, apasionadas viajeras y cocineras, infundieron en él el amor por la cocina y la curiosidad por los sabores del mundo. Esta herencia se refleja en cada detalle del restaurante, desde su ecléctica decoración hasta una carta que invita a un viaje sensorial.
Aquí, la tradición se mezcla con la vanguardia, las recetas de la nonna se reinterpretan con ingredientes globales y los comensales se convierten en exploradores de un mundo donde el sabor es la brújula. Así puedes probar huevos rotos con ñoquis en vez de patata, unos callos hechos con níscalos y base napoletana o un canelón de cochinita pibil.
El espacio evoca distintos espacios
El espacio, diseñado por Paralelo Estudio, se divide en áreas temáticas que también evocan diferentes destinos. Así, una vespa roja estacionada junto a la entrada de los aseos recuerda a las calles de Nápoles. Más adelante, una sección dedicada a México destaca con sombreros de mariachi que adornan las paredes y lámparas, creando un ambiente festivo y colorido. Otro rincón transporta al Mediterráneo, con referencias a Grecia y sus icónicas tonalidades azules y blancas. Cada espacio está meticulosamente decorado para sumergir al visitante en una atmósfera única, haciendo de cada visita una nueva aventura.
Un pasaporte foodie
La carta, estructurada como un itinerario de viaje, se divide en secciones como «Check-in», «Puerta de embarque» y «Ya estamos volando». Entre las entradas, destacan los Pops de gamba con mayonesa coreana, donde la textura crujiente de la gamba se equilibra con la cremosidad y el ligero picante de la salsa. Otro plato notable es el Brioche de rabo de toro con zabaione de marsala, que combina la suavidad y profundidad de sabor del rabo de toro con el toque dulce del zabaione, todo envuelto en un brioche tierno.
El rabo de toro o el pulpo son algunos de sus platos estrella
En los platos principales, el Rabo de toro glaseado en su propio jugo con ñoquis fritos se presenta como una opción contundente y reconfortante. La carne, cocinada a fuego lento hasta alcanzar una textura melosa, se complementa con los ñoquis crujientes por fuera y suaves por dentro, ofreciendo un contraste de texturas que deleita al paladar. Para quienes buscan sabores del mar, el Pulpo entero a la brasa sobre revolcona de salame piccante y bizcocho de paprika ofrece una combinación audaz; el pulpo, perfectamente asado, se enriquece con el picante del salame y la esponjosidad del bizcocho, creando una armonía de sabores y texturas.
La carta de vinos sigue la temática viajera de la tía Pinuccia, presentando una selección que abarca diversas Denominaciones de Origen españolas, así como etiquetas internacionales de Italia, Francia y Alemania. Esta variedad permite maridar cada plato con el vino perfecto, realzando la experiencia gastronómica.
Comer en Osteria Bravissimo es como abrir un viejo atlas de familia y recorrer sus páginas con el paladar. Aquí, cada plato es un billete de ida a un destino inesperado, cada bocado lleva consigo el espíritu de una travesía incansable y cada rincón del local susurra historias de viajes y encuentros. No hay fronteras cuando se trata de sabores. Al fin y al cabo, viajar no siempre requiere de un aeropuerto, a veces basta con sentarse a la mesa y dejar que el mundo llegue a ti.