Imagina un lugar donde los azulejos centenarios de Casa Mensaque conviven con letreros de neón o donde tu abuela podría tomarse un vermut mientras tú pruebas un negroni con mezcal. Ese lugar existe, está en pleno Barrio de las Letras y va a convertirse en tu nuevo refugio urbano. Bienvenidos a Viva Madrid.
Cuando Diego Cabrera reabrió este templo del aperitivo en 2018, entendió algo fundamental: no hacía falta disfrazar de moderno lo que ya era eterno. La fachada esmaltada sigue ahí, impecable. Los azulejos de los años 20, intactos. Pero ahora, al bajar las escaleras hacia el Dark Side —sí, tienen un sótano que parece un speakeas y castizo—, descubres que aquí el pasado y el presente brindan juntos sin pelearse.
Su Tabla de Aperitivos te enseña la esencia de Viva Madrid
Víctor Camargo, el cerebro detrás de los fogones, ha entendido que la nueva cocina madrileña no va de reinventar la rueda, sino de hacerla rodar mejor. ¿La gilda? Aquí viene con piparra vasca, anchoa y un toque de tomate semiseco que la eleva sin traicionarla (dos bocados de felicidad). ¿Las croquetas de cocido? Llevan todo el compango y una lámina de cecina que las convierte en pequeñas bombas de umami.
Pero el momento revelación llega con propuestas como el bocata de oreja brava en brioche —crujiente, picante y peligrosamente adictivo— o ese bao de rabo de toro que demuestra que los guisos de siempre pueden vestirse de domingo sin perder el alma. Las bravas con chipotle asado y alioli cítrico son la prueba de que Madrid ya no le teme a los mestizajes cuando saben bien. Pero si queréis variar tapeando a la vieja usanza, su Tabla de Aperitivos te enseñara en un par de bocados la esencia de Viva Madrid.
La barra que no duerme
Aquí la media combinación convive con creaciones como el Our Groni, su versión del negroni con tequila y vermut rosé macerado con melocotón. O el XO XO Loco, donde el gin mare se encuentra con el mezcal y el chipotle en una fiesta que no esperabas pero necesitabas. Todo ronda los 13€, porque la democracia líquida también existe.
El truco está en no elegir bando. Puedes empezar con un vermut de grifo, y acabar con un Madrid 91, un coctel dulce, servido con torrija que no dejara indiferente a nadie.
Manual de supervivencia
Cuándo ir: Entre semana, cuando los afterworks improvisados son los mejores. Los fines de semana, ármate de paciencia o ve temprano.
Con quién: Funciona igual para esa primera cita donde quieres impresionar sin parecer que lo intentas, como para llevar a tus padres cuando vienen de visita.
Qué pedir: Todo se comparte aquí, es la ley no escrita. Empieza con tres tapas, sigue el ritmo de la barra y deja que la noche decida el resto.
El truco: No hay reservas para el día a día, así que fluye. Si la barra está llena, el Dark Side del sótano suele tener sitio y platos fuera de carta.
En una ciudad donde los bares «de toda la vida» desaparecen cada día y los nuevos nacen con fecha de caducidad, Viva Madrid ha encontrado la fórmula: respeto por el pasado, coqueteo con el presente y cero nostalgia barata.
Es el tipo de lugar que necesitas tener localizado para cuando alguien te pregunte «¿conoces un sitio que sea auténtico pero no un museo?». Ahora ya tienes la respuesta.