Atravesar la entrada de La Granja de San Ildefonso es iniciar un viaje por la historia y todo un deleite para los cinco sentidos. Una cápsula del tiempo al lujo y la sofisticación del siglo XVIII que cualquier amante de la historia sabrá apreciar. Además, desde la pasada Semana Santa ha dado comienzo la nueva temporada de los espectáculos de luces y agua en sus fuentes. Una experiencia única que convierte en visita obligatoria este lugar ya de por sí fascinante.
A un breve trayecto de Madrid y a un suspiro de Segovia, La Granja se enorgullece de ser uno de los ejemplos más deslumbrantes del esplendor monárquico de antaño. No es casualidad que Felipe V, sediento de un retiro de paz, lo eligiese y transformase en una joya de la arquitectura y la naturaleza. El mejor ejemplo español de jardín a la formal a la francesa, una modalidad que empezó a difundirse por toda Europa a finales del XVII

El Palacio Real se erige como el estandarte más vistoso de este recorrido, brillando con una magnificencia que podría opacar incluso a Versalles. Donde los jardines despliegan un espectáculo de diseño paisajístico con una esencia francesa que proclama en voz alta que, cuando se trata de jardinería, demasiadas plantas nunca son demasiadas plantas. De hecho, el trazado de estos jardines lo realizó el arquitecto francés René Carlier quien se inspiró en el popular Versalles.
Un baile de agua único
Si hay un protagonista en este espacio, sobre todo, durante los meses más calurosos son sus fuentes. Manteniendo el sistema hidráulico original, estas imponentes fuentes forman un conjunto escultórico único. De hecho, la abundancia de agua, procedente de la montaña, fue uno de los mayores atractivos del lugar para Felipe V, pues le permitió llenar el jardín de estas fuentes con juegos de agua espectaculares.

Desde el pasado Jueves Santo y hasta finales del verano, tendrán lugar distintas muestras en las que las fuentes bailarán al ritmo de la música y las luces con chorros que alcanzan hasta los 50 metros de altura. Un deleite visual que el año pasado atrajo a más de 75.000 personas.
Los espectáculos continuarán durante abril, mayo, junio, julio y agosto. Precisamente los dos últimos meses de verano el público disfrutará del tradicional espectáculo nocturno de la fuente ‘Baños de Diana’, que se celebrará en julio el 6, 13, 20 y 27 y en agosto el 3, 10, 17 y 24 a las 22 h. Puedes consultar las fechas y reservar las entradas por 5,77€ en la web oficial.
Como remate final, la última parada de este viaje nos lleva a La Real Fábrica de Cristales que no solo nos muestra cómo se hacía el vidrio hace dos siglos, sino que también nos ofrece la oportunidad de llevarnos un pedacito de historia a casa gracias a su tienda. ¿Quién dijo que no se puede comprar estilo?