Cuando algunos hablan del Madrid dorado suelen referirse a esos años en los que grandes estrellas hollywoodienses como Audrey Hepburn y Ava Gardner recorrían la capital visitando lugares tan icónicos como Chicote en plena Gran Vía. Pero no solo estelares artistas extranjeras dejaban su huella en la ciudad. Nuestra internacional Lola Flores también dejaba su impronta. Y, ahora, el Ayuntamiento de Madrid ha lanzado un mapa ilustrado por Irene Blasco que recorre los 16 lugares que marcaron la vida de esta leyenda de la cultura española y símbolo de lo castizo.
Este apasionante recorrido por el Madrid más auténtico comienza en la calle María de Molina, su primera residencia en la ciudad, y sigue con cuatro teatros icónicos de los años 40: el antiguo Fontalba, el Teatro de la Zarzuela, el Calderón y La Latina, donde dio vida a sus primeros éxitos. Cada parada revela la huella que dejó en la historia cultural de Madrid.
El mapa continúa por escenarios de personas clave en la trayectoria de la artista como la residencia del célebre compositor Manuel López-Quiroga, uno de los creadores de la inolvidable copla Ay pena, penita, pena, popularizada por Lola Flores. Y también espacios icónicos como la basílica de El Escorial donde ella y el Pescaílla se casaron en secreto en esta basílica a las seis de la mañana en 1957 o los antiguos Estudios CEA, donde Lola Flores filmó muchas de sus películas en los años 50 y 60, fueron el epicentro del cine español en esa época.
También hay algún restaurante emblemático como Casa Lucio a donde, desde que abrió en 1974, el Pescaílla llevaba a toda la familia cada fin de semana a comer los míticos huevos rotos o La Pérgola, uno de los restaurantes de moda en los años 60. Y cómo no, bastiones culturales como Florida Park donde Lola Flores perdió un pendiente durante una actuación y, con su desparpajo habitual, detuvo todo para encontrarlo o Casa Patas, uno de los lugares emblemáticos del flamenco en Madrid. También el icónico Café Gijón, punto de encuentro de artistas, escritores e intelectuales durante décadas y que Lola Flores visitaba con frecuencia.