La antesala de la Navidad siempre se abre con el famoso Puente de la Constitución, ese dulce paréntesis entre el bullicio diario y los villancicos que ya se aproximan. Y si aún estás enfrascado qué vas a hacer estos días, presta atención porque tenemos el plan ideal. Una experiencia que combina arte y gastronomía con la clase y el descaro que tanto nos gusta: bienvenidos a Ginkgo Lab.
Del 4 al 9 de diciembre, en horario de 12:00 horas a 20:00 horas (y el día 9 hasta las 15:00 horas), Ginkgo Lab se convertirá en galería efímera para acoger la exposición de los ganadores y finalistas del VP Hotel & Art Awards. Hablamos de 269 artistas compitiendo en pintura, fotografía y escultura bajo el sugerente tema “Diálogo de la Humanidad con la Naturaleza a través del Arte”. ¿El resultado? Un coctel de sensibilidades que te hará replantearte desde el último selfie que subiste a Instagram hasta el equilibrio entre lo orgánico y lo digital.
En esta exposición destacan obras como la Dimensión Fractal de Julio Sarramián, ganadora de la categoría de pintura, donde patrones casi tecnológicos coquetean con paisajes glaciales, generando un choque poético entre lo natural y lo sintético. Evocando de esta manera la dicotomía entre lo natural y lo digital, y haciéndonos reflexionar sobre cómo percibimos la belleza de la naturaleza en un mundo cada vez más pixelado.
Pero el arte no solo está colgado en la exposición, en Ginkgo Lab, la creatividad salta también al plato. Su carta es una fusión entre tradición e innovación que hará bailar a tus papilas gustativas. Una apuesta culinaria que te no te dejará indiferente, con propuestas tan sorprendentes como las gyozas de rabo de toro o su concepto de las patatas bravas al más puro estilo Ginkgo.
Ginkgo Lab ofrece ingredientes premium y técnicas refinadas
Aquí las texturas y sabores se entrelazan con la misma soltura con la que un artista mezcla el óleo sobre su lienzo. Ingredientes premium, técnica refinada y esa irreverencia necesaria para que la cocina no se convierta en un mero trámite.
Una propuesta gastronómica que consigue mantener el pulso entre la esencia más clásica y la vanguardia más jugosa, dejándote con las ganas de querer pedir un plato más y, quizá, otro más después de ese.
Si este puente de diciembre te lo ibas a pasar en el sofá con un buen maratón de series, ya tienes una excusa mucho más seductora. Ginkgo Lab te espera para disfrutar del arte en su versión más amplia: la que entra por los ojos, se saborea con la lengua y se queda flotando en el paladar y la memoria. Un lujo tan exclusivo como el mejor brindis navideño adelantado.